lunes, 9 de enero de 2017

EL CURRICULUM: UNA REFLEXION SOBRE LA PRACTICA


EL CURRICULUM: UNA REFLEXION SOBRE LA PRACTICA


Expresado que el curriculum es “en la práctica donde todo proyecto, idea o intención se hace realidad”, se manifiesta que adquiere sentido o bien significado cuando es expuesto ante el aula de clase o bien, ante la audiencia, en este caso, los alumnos quienes están bajo la acción de enseñanza por parte del docente.

Visto de otra manera, es ahí donde tanto profesor como alumno, tienen las facultades de explorar diversos campos que son influenciados o bien marcados, por entornos de comunicación, comportamiento y valores de cultura. Así que al final, se determina un ambiente en el cual ambos operan al mismo tiempo por medio de las tareas diarias que el mismo curriculum de cierta manera solicita.

Se dice que las tareas escolares están sujetas a un carácter social porque a través de ellas, el alumno concreta ideas, las lleva a cabo, incluso, puede determinar un patrón de comportamiento o bien de conducta al interior del aula. Es por esto que se solicita que el profesor tenga la competencia necesaria para saber conducir, planificar y orientar el sentido de su clase, para lograr el objetivo final que es el aprendizaje.

Si se habla de competencia, también es importante recalcar que el comportamiento que tenga el profesor ante el proceso de las tareas, es de suma relevancia, esto aunado a que va a generar un efecto educativo que marcará a sus alumnos, los ayudará a desempeñarse mejor al interior del aula y sobre todo, creará conciencia de que lo que se está enseñando -y bien- aprendiendo, quedará bien posicionado en el intelecto del alumno. Con esto se deduce que, si el profesor no prepara de manera correcta sus clases y por ende las tareas a realizar durante el tiempo en aula, tendrá una imagen media o bien laxa frente al alumnado, como alguien que inventa algo de un día para otro o bien, un esquema sumamente repetitivo que no permitirá que el curriculum se aplique de manera correcta y concreta.

La formación del profesorado, de acuerdo con el autor y tomando en cuenta la realidad que acontece, debe estar fomentada en todas las áreas que los alumnos requieran para lograr el objetivo del aprendizaje. El profesor debe estar consciente de su entorno, de la demanda del alumnado, de las actividades dinámicas para hacer amena la clase, el valor cultural y no sólo académico, patrones de comportamiento y aplicación de tareas que lleven a un control de la clase.


En resumen, se entiende que la función del profesor es saber manejar y aplicar multifunciones al interior y por supuesto, exterior del aula. No sólo es precursor del conocimiento sino también, a mi punto de vista, crece y se transforma en medida que interactúa con sus alumnos, si logra su cometido, entonces, las tareas o prácticas aplicadas han sido las mejores.

CIBJ, Maestría en Docencia en Educación Superior.

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